Me repatea que mi President, el molt honorable don Francisco Camps, durante los ocho últimos años sólo haya recalado por Vinaròs en dos ocasiones. Una al estilo de Mister Marshall pasando casi de largo y otra porque se ha acordado de que en Vinaròs hay gente que vota y que por aquí se puede pescar algo.
Pero cuando mi President me dice que “se compromete a agilizar los proyectos pendientes en Vinaròs, en caso de que Juan se convierta en alcalde” entiendo que me dice que si Juan no es Alcalde yo, que milito en el PVI no seré valenciano y, aunque que le vote a él -evidentemente no voy a votar a Juan-, que él no será mi President y que me castigará a mí y a todos mis paisanos ignorando a Vinaròs otros cuatro años más, y serán ya doce.
Y yo que soy mucho más vinarocense que valenciano me rebelo ante las declaraciones de mi President y casi estoy a punto de denunciarle por otro delito más; el de chantajista.
Porque lo que está diciendo es justamente esto. Y si no lo es, tampoco debería ser delito el que yo dejara de pagar mis impuestos autonómicos porque de ellos, mi President acaba de anunciar que si Juan no es Alcalde, y no lo será, no me va a revertir nada.
Lo peor de todo es que todas estas promesas son mentiras. En las pasadas elecciones, al actual alcalde de una población vecina el mismo President Francisco Camps le prometió el oro, el moro, y una carretera. Termina la legislatura, no le ha venido nada de nada, y el Alcalde "a tragar". Es más, hoy acabo de leer una noticia de que, por no poder cubrir la inversión comprometida por el lamentable estado de las finanzas valencianas, a esa población ¿le construirán? su depuradora más pequeña y más barata.
Y mientras tanto, dentro de nada, otra vez, Formula 1 en la Valencia… ¡de fábula!. Eso sí, al menos mi President "canta claro"...
Pero cuando mi President me dice que “se compromete a agilizar los proyectos pendientes en Vinaròs, en caso de que Juan se convierta en alcalde” entiendo que me dice que si Juan no es Alcalde yo, que milito en el PVI no seré valenciano y, aunque que le vote a él -evidentemente no voy a votar a Juan-, que él no será mi President y que me castigará a mí y a todos mis paisanos ignorando a Vinaròs otros cuatro años más, y serán ya doce.
Y yo que soy mucho más vinarocense que valenciano me rebelo ante las declaraciones de mi President y casi estoy a punto de denunciarle por otro delito más; el de chantajista.
Porque lo que está diciendo es justamente esto. Y si no lo es, tampoco debería ser delito el que yo dejara de pagar mis impuestos autonómicos porque de ellos, mi President acaba de anunciar que si Juan no es Alcalde, y no lo será, no me va a revertir nada.
Lo peor de todo es que todas estas promesas son mentiras. En las pasadas elecciones, al actual alcalde de una población vecina el mismo President Francisco Camps le prometió el oro, el moro, y una carretera. Termina la legislatura, no le ha venido nada de nada, y el Alcalde "a tragar". Es más, hoy acabo de leer una noticia de que, por no poder cubrir la inversión comprometida por el lamentable estado de las finanzas valencianas, a esa población ¿le construirán? su depuradora más pequeña y más barata.
Y mientras tanto, dentro de nada, otra vez, Formula 1 en la Valencia… ¡de fábula!. Eso sí, al menos mi President "canta claro"...
