jueves, 26 de abril de 2012

Paguémosles con ladrillos

Hace unos días le pregunté al director de una caja de ahorros cuanto tiempo faltaba para que terminasen de devolver el dinero que debían a alemanes y a asiáticos por las titularizaciones de las hipotecas que les sirvieron para traerse dinero de fuera y financiar el ladrillo; me contestó que  “huy, aún quedan un par de años” y me preguntó el porqué de mi pregunta.

Yo le dije que así tendría una idea de para cuando nos abrirían el crédito a nosotros los mortales, porque estaba claro que mientras que tuviesen que seguir devolviendo sus plazos a los inversionistas foráneos, los de aquí íbamos a quedar mas secos que las momias.

Me replicó que la cosa ya no era tan grave porque ellos, ahora, de cada diez euros que les devuelven los que aún van pagando sus hipotecas, ya destinan UNO a nuevos préstamos para los de aquí, dandome a entender que hasta ahora no destinaban ninguno.

Me dejó aún más preocupado porque pensé que si ya llevan tres años sacando dinero en circulación y seguirán sacando el 90 % de las cuotas que les devolvamos durante los dos próximos años para así poder pagar su deuda con los mercados extranjeros, mal podrá recomponerse nuestra maltrecha economía ya que cada vez habrá aún menos masa monetaria en circulación que es como la sangre que mantiene vivo a un cuerpo y que si a base de sangrías se va perdiendo, cuando nos quedamos con un litro y pico nos morimos.

Entonces le dije que, antes de dejarnos morir por falta de liquidez, propusiera a sus superiores que pagasen a sus acreedores internacionales no con dinero, sino con ladrillos. Una dación en pago a  nivel de mercados internacionales. Y más aún, que esta propuesta la recogiese el Gobierno para que le dijera a la Merkel y a sus bancos que ya no les mandaríamos más dinero sino escrituras.

Del millón de viviendas en stock a 40.000 € como poco son cuarenta mil millones de euros para reactivar nuestra economía con inversiones y con cosumo. Además así, esa señora que gobierna España - no ya desde la sombra sino a pleno sol - haría vender estos pisos entre alemanes que vendrían a ocuparlos fomentando de paso los ingresos por turismo. Y lo mismo con los otros inversionistas extranjeros.

Parecerá una idea descabellada, pero si se está hablando de establecer la dación de la vivienda en pago para los particulares, ¿porqué no se puede hacer lo mismo para con los mercados? ¿Porque no nos prestarían más dinero? ¿Y qué más da? Igual con lo que les dejaríamos de pagar ya tendríamos lo que necesitamos para reactivar nuestra economía.